lunes, 31 de diciembre de 2012

Un retorno inesperado


Pero frecuentemente parecías dos veces tu…
Te llamaba dos veces tú,
por que eras hermosa, y no te importaba,
estabas en dos lugares, y sabías hablarme desde ambos.

Eras muy silenciosa, pero así disidente,
y había algo en tus ojos
-que no sé como lo lograbas-
pero provocaba una cosquillita por mi nunca,
y se convertía tan de repente;
en como calidez, muy en la respiración.

Frecuentemente parecías dos veces tú,
-porque sólo te veía frecuentemente-
y caminábamos por debajo de la lluvia, frecuentemente.

¿Qué se siente estar contigo siempre?
(…)
Si pudiera,
le preguntaría a una de tus dos veces tú,
o a ambas, por separado
...............
Ay, ojalá pueda.


Anton Guerrero.

domingo, 14 de octubre de 2012

El inestable palpitar



Inestablemente, confortable,
mee muestras tus pechos,
entrenas una jauría de perros,
que nos destrocen…

Y se diviertan
que coman de nuestra carne,
y nos divirtamos tú y yo.

Y allá, en el rió que forme nuestra sangre,
que los ancianos la beban para renacer,
-nos traspasamos, hasta entramamos-.

En el bullicio de nuestros habitantes:
muerdes los duraznos,
recolecto los cerezos.

Lejos, en otra noche…
has planteado una duda…

La transparencia del poseer se borra;
y aunque ya todo ha quedado mostrado,
encaramos el desencanto,
nos miramos ancianos.

Y aun así decepcionados,
sin el cariño que esperábamos,
- doblas las sabanas-
nos besamos y nos despegamos.

Anton Guerrero

domingo, 7 de octubre de 2012

Acerca de lo absoluto y del hastío.


Nos gustamos,
en pretérito absoluto, por que ya no,
ya no hay misterio,
ni nada más en tu cara,
no me llama, más que tu cuerpo, fuiste…

Vienes, por que es una sentencia a nuestra piel,
el saber,
que pasó el tiempo… Los años,
los conciertos y los silencios,
y no se nos borraron los besos,
y ya ni quería pero hoy los remarcamos…

“Te irás”, hacia no sé dónde,
muy entre comillas, con tus pausas necesarias,
y regresarás, así mismo lo digo,
por que no lo quiero -ni lo espero-
pero pasará.

Brevemente, pensando, soportando –te.
Que no quiero de nueva cuenta caer
-y me irrita escribirlo en infinitivo-

Anton Guerrero