lunes, 31 de diciembre de 2012

Un retorno inesperado


Pero frecuentemente parecías dos veces tu…
Te llamaba dos veces tú,
por que eras hermosa, y no te importaba,
estabas en dos lugares, y sabías hablarme desde ambos.

Eras muy silenciosa, pero así disidente,
y había algo en tus ojos
-que no sé como lo lograbas-
pero provocaba una cosquillita por mi nunca,
y se convertía tan de repente;
en como calidez, muy en la respiración.

Frecuentemente parecías dos veces tú,
-porque sólo te veía frecuentemente-
y caminábamos por debajo de la lluvia, frecuentemente.

¿Qué se siente estar contigo siempre?
(…)
Si pudiera,
le preguntaría a una de tus dos veces tú,
o a ambas, por separado
...............
Ay, ojalá pueda.


Anton Guerrero.